Ignacio Pérez y Susy Penagos, una pareja extrema

Con solo entrar a la casa de Ignacio Pérez Cadena se puede deducir para donde irá la conversación. Las paredes, mesas y rincones muestran objetos irrepetibles y curiosidades que “Nacho y Susy” -como les dicen familiarmente- atesoran para siempre como recuerdos de viajes y aventuras. 

“Vengo de una familia de espíritu aventurero, algo que indudablemente heredé de mi madre Anny, quien a sus 65 años se subía hasta la copa de los árboles para bajar aguacates”, comenta Nacho y agrega que su abuela Elvira fue una de las pioneras en comprar la finca en Lagos del Cacique donde residen, que hoy conserva los majestuosos arboles nativos y jardines que han visto crecer muchas generaciones de la familia Pérez Cadena. 

Ambos hablan con emotividad sobre los fantásticos momentos de toda una vida juntos, por eso, no es fácil escribir sobre ellos, pues tienen tantas anécdotas como historias que contar. 

Fruto de su matrimonio nacieron tres hijos: Juan Diego, Natalia y Daniel, quienes a diferencia de otros niños aprendieron a caminar en un potrero, dieron sus primeras brazadas en un lago y crecieron en ambientes que les permitieron conocer venados, micos, osos, babillas, pirañas, tigrillos y otras especies, tanto así, que en algún momento el colegio les solicitó una excursión a su hogar, al que consideraban además de zoológico, un espacio de aprendizaje para toda la clase. 

“Es mejor tener el cuerpo rayado que haberlo guardado en una caja sin diversión” es el lema de este bumangués cuyo amor por la naturaleza lo ha llevado a practicar deportes extremos a bordo de una cometa de alta velocidad o volando un parapente sobre el cañón del Chicamocha, motivando con ello a muchos santandereanos a conocer y cuidar las bellezas naturales de esta tierra. Por eso continuamente lidera propuestas de conservación ambiental en lugares como el Jardín Chicamocha frente al parque García Rovira.

Es abogado y especialista en derecho administrativo. Se ha desempeñado como asesor empresarial para el alto gobierno en Bogotá y Secretario de Gobierno de la Alcaldía de Bucaramanga en 2016. De su experiencia como dirigente por más de 35 años destaca haber liderado el proyecto del Parque Industrial II, siendo además el promotor de la unión de los empresarios de la zona industrial de Chimitá. 

También promovió la construcción del Parque Internacional Metropolitano de Parapente, ubicado en Ruitoque, una obra que es orgullo de Santander para miles de turistas. Actualmente trabaja en la creación del Parque de las Cometas, un proyecto que se construirá en inmediaciones del Centro de Convenciones Neomundo y que se convertirá en un nuevo espacio de diversión para las familias. 

“Nacho no solo siente afición por una actividad, también construye o se dedica a gestionar la infraestructura necesaria para que esa actividad se pueda realizar”, nos dice Susy, recordando algunos retos que debió asumir, entre ellos, fundar el primer club de planeadores de radiocontrol de la ciudad y ser el primero en traer las cometas acrobáticas a Bucaramanga -no está de más decir que dichas actividades las realiza con gran destreza para admiración de quienes hemos tenido la fortuna de verlas-. 

A cada una de sus aficiones le ha dedicado años de práctica y de todas ellas sus favoritas son el parapente y el vuelo en cometa, porque considera que volar es lo más cercano a Dios que se puede estar. 

El Club Casa de Campo en la Mesa de Los Santos y su hermoso lago de 35 hectáreas, ha representado una parte esencial en sus vidas, pues les ha permitido disfrutar momentos inolvidables con sus hijos y compartir algunas pasiones como la jardinería, las caminatas y la pesca deportiva. 

Susy y Nacho se dedicaron a impulsar allí la navegación a vela, particularmente en las modalidades Optimist y Sunfish, donde sus hijos junto a otros jóvenes bumangueses, incursionaron con gran éxito participando en competencias e intercambios con otros clubes del país, contribuyendo con ello a la creación de la Liga de Vela de Santander, que en su momento llegó a ser una de las mejores del país. 

Como integrante de la Junta Directiva de Casa de Campo por más de 25 años, Ignacio Pérez se ha dedicado a liderar iniciativas para resguardar la fauna y las especies vegetales mediante la siembra de árboles y la creación de jardines, así como la recuperación del lago para deportes náuticos. 

Sus continuos viajes y travesías han representado un aprendizaje desde que era adolescente hasta hoy, de hecho hay quienes dicen que no hay lugar, planta o animal que no conozca. Este precedente lo impulsó a descubrir nuevas experiencias junto a su hermano Javier, con quien siempre tuvo el sueño de tener un velero, pero no sabían dónde adquirirlo y mucho menos donde guardarlo. 

A pesar de esto, hace cinco años se aventuraron a comprar un pequeño velero para recorrer las ocho mil hectáreas de la represa de Topocoro, disfrutando de un paseo mágico o una jornada de pesca. 

Para fortuna nuestra, durante la realización de este reportaje fuimos invitados a bordo, siendo recibidos con el famoso coctel “Nacho Ya” -servido en nuestro honor por el Capitán Ignacio, el primer oficial Javier y la tripulante Susy-, para después deslizarnos sobre las aguas y poder constatar la destreza de estos dos navegantes santandereanos quienes también han surcado los mares de Puerto Rico y el sur de Florida a bordo del velero “TitaAnny”, llamado así en honor a su mamá fallecida en 2019. 

Definitivamente los Pérez Penagos son una pareja excepcional con un entusiasmo contagioso por disfrutar los instantes que les regala la vida, por eso, no comparten el pensamiento de muchas personas que prefieren estar en casa sin hacer nada diferente. 

Su mensaje para ellos es claro: “la mente y el cuerpo tienen que conservar la misma agilidad, ya que el sedentarismo reduce radicalmente la capacidad de sobrevivir a un accidente tan sencillo como tropezarse. Entonces, si contamos con un mínimo de habilidad mental y física para sortear obstáculos tendremos más posibilidad de disfrutar una mejor existencia”.