Moringa, el árbol de la vida

La moringa, originaria del sur del Himalaya ha sido utilizada durante siglos como tratamiento de diversas enfermedades, gracias a sus propiedades antimicóticas, antidepresivas, antivirales y anti inflamatorias. Hoy te presentamos 4 beneficios de incluirla en tu alimentación.

Ayuda a combatir la diabetes y regular los niveles de glucosa en la sangre

El extracto de hojas de moringa controla eficazmente la hiperglucemia aguda (niveles altos de azúcar en la sangre), uno de los principales causantes de la diabetes. 

Además, reduce las  complicaciones asociadas con la diabetes al mitigar el daño renal y reducir la inflamación.

Protección frente a infecciones microbianas

Las dietas ricas en verduras de hoja verde, en general, pueden ayudar a protegernos contra las enfermedades infecciosas, pero las hojas de moringa, en particular, cuentan con un impresionante abanico de propiedades antimicrobianas. 

Los extractos de varias partes de la planta han mostrado el potencial de combatir cepas aisladas de bacterias y hongos.

Puede inhibir o prevenir el crecimiento canceroso

Incorporar la moringa en nuestra dieta puede ser una forma eficaz de prevenir o tratar ciertos tipos de cáncer. 

Varios estudios hechos en 2015 encontraron que el extracto de hoja de moringa tiene efectos anticancerígenos “notables” en células cultivadas en laboratorio, incluidas células de cáncer de páncreas, células de cáncer de hígado, células de cáncer de colon y células de leucemia.

Para mejorar la memoria y reducir el riesgo de Alzheimer

Cada vez está más documentado que una dieta rica en frutas y verduras puede ayudar a preservar la función cognitiva y prevenir el Alzheimer. Pero, ahora tenemos cada vez más pruebas de que consumir moringa podría ser una forma especialmente fácil y potente de cuidar el cerebro. 

El árbol de la moringa no sólo es rico en antioxidantes que combaten el estrés oxidativo del cerebro, sino que los estudios demuestran que el extracto de hoja de moringa puede estimular el desarrollo de neuronas y ayudar a regular las vías de señalización en el cerebro. 

El efecto combinado puede ayudar a mejorar la memoria espacial y reducir los efectos de la neurodegeneración.