El empresario Rafael Francisco Delgado Serrano le apostó a la industria de empaques plásticos, adquiriendo en 1998 una pequeña empresa fundada en Barrancabermeja por dos ingenieros de Ecopetrol en 1973. Hoy, esta empresa orgullosamente familiar, consolida su liderazgo como productora de empaques para alimentos, agroindustria y el sector farmacéutico.
El verdadero éxito de Plastibarranca inicia en el año 2000, cuando trasladó sus instalaciones desde Barrancabermeja a Piedecuesta.
A partir de allí comenzó una historia de trabajo duro, con visión y dedicación que significó pasar de producir 4 toneladas al mes y 5 trabajadores, a producir 130 toneladas mensuales y generar más de 100 empleos directos e indirectos.
Uno de sus grandes aciertos fue la visión que le permitió adaptarse a las exigencias de la creciente industria avícola -que debía traer sus empaques desde Bogotá y Medellín, retrasando la producción y asumiendo costos elevados-. Ante esta necesidad, Plastibarranca obtuvo la confianza de sus clientes como proveedor certificado de empaques esenciales para la distribución de los alimentos.
Esta transición tecnológica, llevada a cabo entre los años 2005 y 2015, significó adquirir máquinas para ofrecer mejores alternativas a sus clientes como máquinas selladoras, extrusoras, impresoras, refiladoras y troqueladoras, dejando atrás los procesos manuales para ser más competitivos.
De esta manera, Rafael Delgado construyó una empresa familiar que trabaja unida para cumplir con los objetivos organizacionales. Un logro que ha sido posible gracias al esfuerzo de un equipo humano comprometido, del cual forman parte sus hijas María Fernanda, sub gerente general, Silvia Juliana, gerente comercial, su yerno, el abogado Andrés Pinzón, gerente de recursos humanos y asuntos legales. De la junta directiva también forman parte su esposa Melba Prieto y su hijo Lukas Andrés.
“Rafael Delgado construyó una empresa familiar que trabaja unida en el logro de los objetivos organizacionales, con resiliencia y confianza para enfrentar los retos”.
El portafolio de productos abarca soluciones de empaques de diferentes densidades y materiales, con o sin impresión. La rigurosidad en sus procesos los llevó a obtener la certificación de calidad ISO 9001 y el certificado INVIMA como proveedor de empaques que tienen contacto directo con alimentos.
UNA PLANTA A ESCALA MUNDIAL
Plastibarranca adelanta un ambicioso proceso de expansión para convertirse en el proveedor de empaques plásticos más grande de Santander. Para ello acaba de construir su nueva planta en la zona industrial de Guatiguará (Piedecuesta) en un área de 5 mil metros cuadrados, cumpliendo con todas las exigencias técnicas y sanitarias. Este desarrollo implicó la importación de dos máquinas TCE para producir empaques laminados -únicas en Santander-, además de una impresora ZEUS de 8 tintas, con tambor central y servomotor que garantiza una mayor definición y calidad gráfica a los empaques.
Ahora muchas empresas y emprendedores podrán hacer crecer sus negocios, ya que no van a requerir traer este tipo de empaques desde otras ciudades y sin exigencias de pedidos en grandes cantidades. Al respecto, María Fernanda Delgado comenta:
“Queremos ser reconocidos no solo por la inversión en infraestructura, sino por las relaciones con proveedores y clientes. Una de nuestras fortalezas es diseñar propuestas personalizadas mediante la asesoría directa y realizando un acompañamiento desde la fase de desarrollo del producto hasta la entrega final”.
PLASTIBARRANCA DE CARA AL FUTURO
Entre sus objetivos está consolidarse como una de las 50 empresas más grandes del sector plástico en Colombia y alcanzar una certificación internacional para poder atender a grandes corporaciones de la industria de alimentos en el exterior, especialmente Venezuela. Poco a poco se van acercando a sus metas, pues hasta el momento abastecen empresas en todo el territorio nacional como resultado de producir empaques que ayudan a la conservación de alimentos en las mejores condiciones.
Otra de sus prioridades es la sostenibilidad, por esta razón utilizan materiales menos pesados y amigables con el medio ambiente. También reutilizan todos los residuos plásticos que se destinan para la fabricación de subproductos como tapas, mangueras y estibas, entre otros, dándole un valor agregado a la marca.
“Cumplimos 50 años y para eso queremos ofrecer la mejor calidad y el mejor servicio, crecemos acorde a las necesidades del mercado y de nuestros clientes” finaliza Silvia Delgado, gerente comercial.
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