Un deporte que toma vuelo
El paracaidismo bajo techo es un deporte novedoso que poco a poco viene ganado terreno en el mundo. Su origen combina el paracaidismo clásico y en los túneles de prueba para aeronaves civiles y militares.
Los llamados “Indoor Skydiving” se han convertido en sitios ideales para equipos o personas que desean practicar destrezas de paracaidismo sin correr mayores riesgos y sin la frustración que producen las inclemencias del tiempo. La ventaja reside además, en que el practicante no requiere paracaídas ni contratar vuelos evitando la molesta espera en un campo de aviación.
Experimentar la sensación de volar libremente es posible con la ayuda de un experto, de esta manera se pueden ejecutar todas las disciplinas del paracaidismo que implican caer en el eje vertical en la posición corporal básica y avanzada; desde el clásico (arch) a las posiciones más fluidas y complejas (freestyle).
Actualmente se desarrollan competencias en Europa, siendo la polaca Maja Kuczyska la campeona juvenil de esta disciplina donde se juzga la destreza y la rapidez para ejecutar rutinas y trucos.
Sin embargo, el paracaidismo bajo techo posee muy pocos practicantes y su desconocimiento es generalizado. En nuestro medio es considerado como una actividad rara y costosa (practicar 15 minutos en el túnel de viento puede costar alrededor de 80 dólares), además no existen muchos lugares para practicar pues lamentablemente este tipo de tecnologías se encuentra en países que tienen una industria aeronáutica grande como Estados Unidos, Alemania, Francia, Italia, Rusia y España.
¿Cómo funciona un túnel vertical de viento?
El túnel vertical de viento es un edificio que alberga una cámara de vuelo elaborada en acrílico, una sala de control y área de visualización donde es posible observar a los practicantes. Por encima de la cámara de vuelo hay cuatro ventiladores eléctricos de 250 caballos de fuerza que succionan el aire que asciende a 300 kilómetros por hora generado por una poderosa turbina de 1.600 caballos de fuerza ubicada en la base del edificio.
La cámara de vuelo, con una altura de 40 pies por 14 pies de diámetro, puede acoger hasta 4 personas moviéndose cómodamente uno junto a otro. La turbina y los ventiladores se regulan desde la sala de control a la velocidad deseada para que los practicantes puedan volar cómodamente en el flujo de aire. El túnel de viento facilita el aprendizaje rápido con una correcta progresión técnica.