En muchas ciudades es cada vez más frecuente ver grupos de personas que se le miden a trotar después de la jornada laboral o el estudio. ¿Cuáles son los beneficios?
Correr luego de una ardua jornada puede ayudar a despejar la mente, liberar tensiones y enfocarse en cosas diferentes a la rutina diaria, que muchas veces ocasiona situaciones que podemos descargar con el ejercicio.
En la noche, la temperatura es menor, por consiguiente, además de hacer más duradero el entrenamiento, es menos probable la deshidratación, ya que el cuerpo resiste mejor la temperatura.
Cualquier proceso para bajar esos “kilitos que sobran” es muy efectivo, ya que los carbohidratos y grasas que se consumen durante el día son usados durante el ejercicio, lo cual quiere decir que el cuerpo les da un uso ideal.
Correr antes de la última comida del día permite quemar grasa más fácil, porque hace que el metabolismo se mantenga acelerado por más tiempo, y por ende, siga quemando calorías.
Otra ventaja es el manejo del tiempo, ya que a muchas personas se les dificulta madrugar por compromisos laborales o estudiantiles, entonces, el final de la tarde es el momento ideal para poder cumplir con sus requerimientos físicos.
Por último, recuerde que la seguridad es primero, así que prefiera siempre salir a trotar en grupo.