Cómo elegir el yogur más saludable cuando estés en el supermercado

¿Sabes elegir un yogur sano y saludable cuando estás en el supermercado? Te descubrimos en qué debes fijarte, por qué mirar el etiquetado nutricional, y cuál es el mejor para tu salud.

Si existe un alimento que gusta a todos, es ciertamente popular entre la mayoría de los consumidores, y que sorprende por su increíble riqueza nutritiva y por sus diferentes beneficios y cualidades, ese es el yogur.

Como de buen seguro sabrás, se trata de un producto natural que se obtiene a partir de la fermentación de la leche por microorganismos específicos. ¿Y cuáles son esos microorganismos? Generalmente streptococcus, lactobacillus bulgaricus y thermophilus. Es decir, nos encontramos ante un producto lácteo que se obtiene a partir de la fermentación de la leche.

El yogur más sano: cómo elegirlo
Por lo general, para su elaboración se utiliza leche de vaca, aunque es cierto que no existe ningún tipo de impedimento para que en realidad se utilice cualquier tipo de leche. En este sentido, por ejemplo, podemos encontrarnos incluso con los yogures veganos, que se elaboran a partir de bebidas vegetales de cereales (como el arroz o la avena) y de frutos secos (como la avellana o la almendra).

Por tanto, par su elaboración es necesaria la fermentación del azúcar de la leche en ácido láctico, la principal ‘culpable’ que terminará por atribuirle al yogur su tradicional consistencia y su típico sabor ligeramente ácido.

Aunque tradicionalmente el yogur es simplemente un producto lácteo fermentado al que no se le añadía nada más, hoy en día es fácil encontrarnos en el supermercado con una amplísima diversidad de marcas de yogures, para todos los gustos y de todos los sabores: de fresa, limón, coco… con frutas, cereales, mermelada…

Pero no debemos engañarnos, en realidad los yogures de sabores no contienen en su composición ingredientes relacionados directamente con su denominación. Esto es, por ejemplo, en un yogur con sabor a coco nunca encontrarás en el etiquetado de ingredientes al coco como uno de sus ingredientes principales. En todo caso, distinguirás únicamente aditivos alimentarios que efectivamente le dan el sabor a coco a ese yogur.

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El verdadero problema: la elevada cantidad de azúcar
Si eres una persona que se preocupa cada día por lo que come, y tiendes a analizar el etiquetado nutricional de muchos de los alimentos que compras en el supermercado y que consumes día a día, es bastante probable que ya te hayas percatado que uno de los mayores problemas que tiene la industria alimentaria lo encontramos en el uso excesivo de azúcar.

O, bueno, la industria alimentaria no tiene el problema; el problema mejor dicho lo tienen los consumidores, que compran un producto aparentemente saludable en cuya composición sin embargo existe una gran cantidad de azúcar.

Lo mismo ocurre con el yogur. Seguramente te sorprendería saber que, de media, un yogur azucarado de cualquier sabor posee en torno a 2 o 3 azucarillos en su interior. O, dicho de otra forma, es como si con cada yogur te echaras a la boca 2 o 3 cuadraditos de azúcar, los masticaras y te los tragaras sin más.

La mayoría de los yogures que encontramos en el supermercado, sin ser la opción de yogur natural o de yogur natural 0%, no solo contienen un mayor aporte calórico de lo que sería adecuado, sino que poseen una elevada cantidad de azúcares, que en definitiva terminan por echar por la borda la calidad nutricional que en realidad posee el yogur.

En opinión de muchos nutricionistas, un yogur natural debería tener entre 55 a 65 Kcal por cada 100 gramos de producto. ¿Y qué ocurre con la cantidad aportada en forma de azúcar? En estos casos los hidratos de carbono en forma de azúcares aportados por el yogur deberían ser siempre naturales; es decir, los azúcares naturalmente presentes en el yogur, que oscila habitualmente entre 3 a 6 gramos de azúcar.

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Por tanto, lejos de fijarnos en el tipo de yogur que compremos y en su sabor, la conclusión es clara: debemos optar siempre por yogures naturales o por la versión 0%, que no contengan ni sabores, ni edulcorantes, ni cereales ni trocitos de frutas… ¿por qué? Muy sencillo, porque ese tipo de yogures contendrán una elevada cantidad de azúcar.

Y es que, ¿acaso no es más adecuado comprar un yogur natural de calidad, y ponerle nosotros en casa mermelada casera de frutas, o incluso trocitos de fruta y cereales? Quizá cueste un poco más de tiempo y esfuerzo que abrir el yogur directamente y comerlo, pero sin ninguna duda nuestra salud nos lo agradecerá.

Fuente: Natursan™ – Revista de salud y bienestar